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Notas que patinan #19: Esta noche me gustaría palparte el body

Comenzó La estrategia doméstica. Segunda edición, siempre en Carcelona. Para quien no sepa de qué va: La estrategia es un festival de cuatro días que organiza presentaciones artísticas en entornos caseros. Comenzó ayer jueves y acaba el domingo. Para los amantes de la historia les recomiendo el post que publicó Marc Caellas hace justo un año en su blog. Por cierto, Marc, el inventor de la justa marca Carcelona, acaba de publicar libro con el mismo nombre que su blog pero con un 80% de material nuevo escrito para la ocasión, si creemos a Marc, que parece un tipo de fiar. Y parece que la marca se propaga: mañana se presenta en Miscelanea un fanzine con el mismo nombre en el que me parece que Marc Caellas no tiene nada que ver. Espero que al ayuntamiento no se le ocurra retirar el libro de las librerias de sus museos, como ha pasado con los pins incívicos que se vendían en el museo de historia. O mejor sí, que los retiren, así se arma un pollo, el mensaje llega a más público y Marc igual se puede retirar a las Bahamas con los beneficios que le dé su libro a costa de fustigar a Carcelona, que se merece eso y mucho más. Vale, los pocos festivales que programan alguna cosa medio interesante son liquidados sin contemplación por nuestras autoridades competentes alegando motivos económicos. Estas son las mismas autoridades que se han gastado nuestro dinero en megaedificios que han costado una pasta y que están absolutamente vacíos o, lo que es casi peor, llenos de algo a lo que llaman arte pero que nos parecen más vacíos que el cuerpo de un zombi. Los profetas gritan por la calle que el mundo se va a la mierda y nosotros con él. La cultura no tiene salvación y vamos a morir todos. Y en eso un par de colegas se monta un festival gratuito en casas y locales privados y lo pagan de su bolsillo sin pedir subvención ni patrocinios ni cobrar entrada ni nada y encima te invitan a una copita de vino. Piden a la gente la voluntad para sufragar los gastos de viaje y la comida de los artistas, pero sin insistir demasiado hasta el punto que muchas veces se olvidan de colocar el bote a la vista para que el público, en la salida, se acuerde de poner algo. Montan una primera edición y les funciona. Repito: les funciona, es decir, estarán razonablemente satisfechos con lo que ha pasado, lo habrán pasado bien, la gente lo habrá apreciado, se habrán enriquecido todos, público, artistas y organizadores. Repito: se habrán enriquecido humanamente, artísticamente, intelectualmente, anímicamente… Hay muchas maneras de enriquecerse y de crear riqueza. No toda la riqueza pasa por la taquilla. No todo el beneficio es económico. No todo lo productivo es cuantificable. Lo productivo a veces es una caca. Fabricar y vender armas es super productivo. La estrategia doméstica es una ruina pero da notables beneficios. A sus organizadores porque si no supongo que no repetirían, porque montar un festival es un curro que te cagas. Y al público y a los artistas, que tampoco cobran. Así que, a parte del dinero, hay otro tipo de beneficios, hay vida más allá y en la propia Carcelona. De hecho, nos hemos enterado de que han surgido por ahí otros festivales por el estilo, por Madrid y Berlín (Living Room Festival) y Santiago de Chile (Escéna Doméstica), cada uno con su idiosincrasia pero compartiendo estos beneficiosos métodos de producción. Así que el concepto funciona, para los fans de esa manoseada palabreja que, a partir de ahora, en vez de combatirla creo que me voy a apoderar de ella, como hacen los fans de funciona con otras palabras que no les pertenecen y que significan cosas muy diferentes de los significados que, después de retorcerlas hasta la muerte, les acaban dando.

En realidad yo quería escribir sobre las dos primeras actuaciones de La estrategia: Esta noche me gustaría palparte de Jaime Conde-Salazar y Unmistakable bodies: Vol.1 de Cecilia Vallejos. Las dos muy recomendables y, por descontado, muy alejadas de la espectacularidad, muy íntimas, despojadas de pretensión, hechas a base de sobrecitos, tarjetas, fotografías, retazos de vida, cosas sencillas y mucha imaginación. Cecilia no repite pero la de Jaime se puede ver hasta el sábado. Pero la programación está repleta de movidas. Elija la suya y no deje que se lo cuenten.